miércoles, 6 de agosto de 2008

Hoi An desde el río

Hoy es el último día que pasamos en Hoi An y como ha amanecido un día estupendo, el plan es el mismo que el de ayer: primero un ratito de playa y después piscina en el hotel, por la tarde paseo en barca por el río y cena en la ciudad.

A la vuelta de la playa, y antes de ir a comer nos acercamos a la lavandería para recoger la ropa. Allí ya tenían preparadas nuestras camisetas perfectamente lavadas y planchadas.

Ya en la ciudad nos acercamos en primer lugar a la oficina del Sinh Cafe para comprar los billetes para el autobús para el traslado de mañana a Hue. Los billetes cuestan 70.000VND cada uno.

Después de comprar los billetes para el autobús nos dirigimos hacia el río, donde se encuentra el embarcadero con las barcas turísticas que hacen los paseos por el río. Además de estas barcas grandes a motor, con capacidad para unas 20 personas, también hay pequeñas barcas de remos. Negociamos con una de las barqueras, un paseo de 1 hora por 50.000VND (2€).



Durante el paseo la barquera se ofreció amablemente a hacernos una foto, aunque podéis apreciar que lo suyo no es la fotografía. También aprovechó para contarnos que tenía 3 hijos y debía trabajar mucho para que pudieran ir a la escuela. (Haciendo fotografías no era la mejor, pero trabajándose la propina era un lince, jejeje).


A mitad del paseo comenzó a anochecer y pudimos contemplar una hermosa puesta de sol sobre el río y la ciudad antigua.


Antes de terminar el paseo y llegar al embarcadero nos pidió la propina. Nos dijo que se la diéramos allí porque si lo hacíamos en el embarcadero tendría que compartirla con otra barquera. Le dimos 16.000VND(1$) y la cara de alegría que se le puso a la buena señora valió la pena casi tanto como el paseo.


Al terminar el paseo en barca fuimos a tomar algo al Treat's Cafe (recomendado por la Lonely). A esta hora la mayoría de los bares tienen "happy hour" y las bebidas salen tiradas de precio. También tienen un par de mesas de billar americano donde se puede jugar gratis. El bar tiene un patio muy agradable con varias mesas rodeadas de plantas. Después de un par de rondas, decidimos pedir también la cena.

Al terminar la cena, damos un último paseo por Hoi An. Por la noche resultan especialmente atractivos los puestos de farolillos.

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